por el Dr. Ekkirala Krishnamacharya Vista Previa de los Libros - Sabiduría

Hoy hablaré principalmente de la meditación. En general, el término el este término se utiliza en muchos aspectos y con muchos matices. Desde la llegada del yoga a Occidente, el término “meditación” ha adquirido un gran significado. Pero la verdad es que algunas personas conocen el significado de la palabra exactamente en el sentido científico y la utilizan estrictamente de acuerdo con los principios y normas yóguicas. Pero también hay personas que utilizan el término de forma bastante vaga. Hay personas que cierran los ojos y dicen que están meditando. Si alguien está dormido en el coche y cierra los ojos, su amigo se burla de él y le pregunta: “¿Estás meditando?”. Algunas personas intentan concentrar su mente en algo y lo llaman meditación. Es decir, utilizan la palabra meditación para referirse a la concentración. Algunas personas piensan que la práctica del yoga implica la concentración del pensamiento.

Sabes que el verdadero camino del yoga según Patanjali y el Bhagavad Gita tiene ocho etapas. Las primeras cuatro etapas pertenecen a los intentos externos del discípulo para lo que sigue:

1. Relajar y poner el cuerpo en forma y sano.
2. Igualar la circulación de la sangre y de las fuerzas vitales.
3. Suministrar a las distintas partes del cuerpo un flujo fresco de energía vital.
4. Sanar las diversas partes físicas del cuerpo y remediar las perturbaciones de la respiración y de la circulación sanguínea.

Los dos primeros pasos son Yama y Niyama. Consisten en intentar integrar en uno mismo la naturaleza habitual de una persona. La naturaleza habitual es la personalidad misma de una persona y nunca está bajo el control de los buenos pensamientos y la educación. Por ejemplo, podemos tener muchos pensamientos buenos; podemos decidir hacer muchas cosas buenas; leer muchos libros buenos y aprender muchas cosas buenas y adquirir muchos conocimientos sobre las cosas buenas. Pero aún así seguimos viviendo de acuerdo con nuestros viejos hábitos. Nuestro conocimiento se vuelve más y más, pero nuestro hábito sigue siendo el mismo que era antes de que pudiéramos reunir algo de conocimiento.

El verdadero estudiante de yoga observa dos aspectos diferentes en su existencia interior. Uno, que se añade día a día por la buena información, que él llama conocimiento y que no tiene ninguna influencia en su comportamiento. El segundo aspecto son sus hábitos, que establece desde el principio, teniendo un firme control sobre su comportamiento y estando en pleno control de sí mismo. Hacia estos dos aspectos, el verdadero estudiante de yoga intenta obtener cierto control sobre el segundo aspecto de sí mismo mientras practica los dos primeros pasos del óctuple sendero del yoga, a saber, yama y niyama.

El modo de vida positivo se construye durante estos dos pasos y la actitud hacia la propia vida se vuelve gradualmente positiva. La actitud hacia la propia vida se transforma gradualmente en un modo de comportamiento positivo, no luchando contra el mal dentro de uno mismo, sino ignorando el aspecto negativo, adquiriendo un nuevo hábito y un nuevo modo de vida habitual. Uno se da cuenta de que es la naturaleza del hábito la que le controla, y que sus conocimientos y deseos no le controlan en absoluto. El deseo de llegar a ser bueno no tiene ninguna influencia sobre él.